LA CONSTITUCIÓN

La Carta Magna cumple hoy 28 años, lo que significa también que España cumple hoy 28 años de estabilidad democrática, a pesar de las dificultades y las adversidades. Una constitución que sigue plenamente vigente y aplicable, pero que como el lógico al cabo de algunos años necesita ser retocada y modificada en algunos aspectos necesarios para un mejor funcionamiento de las instituciones democráticas, por ejemplo el Senado, que actualmente es una cámara irrelevante porque sus funciones están todavía sin desarrollar y eso hay que remediarlo.

Por desgracia, un sector importante de la derecha española llega siempre tarde a todo lo que signifique avanzes y modernización para este país. Llegaron tarde a la democracia, aceptaron la constitución a regañadientes, después intentaron apropiarse de ella y se tiraron a la yugular de cualquiera que insinuase la necesidad de una reforma, y ahora proponen una serie de modificaciones como si estuvieran descubriendo Ámerica. Son así, que le vamos a hacer.

Pero, como decía, a pesar de todas las adversidades, la Constitución del 79 es lo mejor que nos podía haber pasado, es la norma que nos permite vivir en democracia, en una democracia de calidad, que garantiza una serie de libetades y derechos fundamentales de los ciudadanos, el pluralismo político y social, etc.

Sin duda sería una gran satisfacción para todos los ciudadanos que nos sentimos demócratas por encima de todo que se llege al final del terrorismo, para que nunca más haya más víctimas. Sin embargo a otros parece que les importan más sus intereses partidistas, sectarios o incluso religiosos, antes que la salud de nuestra democracia. Estos son el vardadero peligro para la Constitución y la democracia, los que anteponen su fidelidad al partido, la secta o el grupo de presión por encima de los principios democráticos y constitucionales.